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La manera de vestir que tenemos comunica, es decir, la primera impresión que un desconocido tendrá sobre nosotros la construirá a través de lo que nosotros comunicamos con nuestra apariencia, pues la forma en que vamos vestidos transmite información.

 

Por ello, es importante que nuestra vestimenta se adapte a las circunstancias, por ejemplo, al ir a una entrevista de trabajo lo correcto sería que nuestra vestimenta inspire confianza y vaya acorde con el puesto al que nos gustaría aspirar (no es lo mismo solicitar un puesto de trabajo como jardinero que como abogado).

 

La forma de vestir refleja parte de la personalidad de cada uno, se puede apreciar el buen gusto, la estridencia, la provocación, la elegancia… refleja si la persona es más clásica o se deja guiar más por la moda, si es más agresiva o más pacífica, también encontramos diferencias según la edad.

 

La ropa conlleva una búsqueda de identidad o de diferenciación con los demás. Por ello, adquiere tanta importancia para algunos jóvenes que encuentran en ella su identidad personal y su pertenencia a un grupo

Para algunos, la ropa también supone un status social, sobrevaloran la ropa de firmas importantes y consideran como sinónimo de saber vestir, llevar ropa de marca o bien la consideran como una ostentación o un símbolo de riqueza.

 

No hay formas de vestir correctas, lo importante es que esté acorde con nuestra forma de pensar y nos haga sentir cómodos con nosotros mismos, “no debemos preocuparnos por lo que los demás opinen sobre cómo vestimos, siempre y cuando sea adecuada a las circunstancias”.

Y, ¿Qué influencia tiene sobre la sociedad?

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