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¿Cómo afecta ésta en el orador?

 

Hay cada vez más investigadores que estudian este campo. Algunos lo llaman “psicología de la moda”, otros “cognición investida”, pero todos ellos hablan de la influencia que ejerce la ropa sobre los procesos psicológicos  de quien la lleva puesta. 

 

Una investigación realizada por la doctora Karen Pine, psicóloga de profesión y autora de , indicaba que los niños que iban disfrazados de Super Man se sentían superiores al resto, y con más confianza en sí mismos. Según la autora la razón de que eso ocurra es debido a que adoptamos las características que asociamos a esa prenda, y recibe el nombre de “cognición investida”. 

 

Otra investigación del estilo realizada en la Universidad de Northwestern estudiaba la forma de trabajar de los médicos, dejando que algunos trabajasen con la bata blanca y quitándosela a otros. Y el resultado obtenido fue que los médicos vestidos con bata blanca cometían la mitad de errores que los que llevaban la bata puesta. 

Esto es debido al  «efecto» de concentración que les otorga el “uniforme”, en ese caso de los médicos. Por lo tanto, se ha concluido que la cognición investida está condicionada tanto por los atributos simbólicos que otorgamos a las prendas, como por la experiencia física de llevar esa prenda puesta, y por los recuerdos con los que conectamos a través de esa prenda, dice la profesora de psicología Barbara Fredrickson. 

La conexión con los recuerdos, se remite a que algunas prendas nos pueden llevar a recordar vivencias anteriores que hayamos tenido con esa misma prenda o con otra similar, y este fenómeno, además de un recuerdo puede desencadenar un sentimiento. 

 

La psicóloga hace hincapié en las prendas con las que hemos vivido experiencias felices, ya que estas, cuando nos las volvemos a poner, son capaces de recrearnos las mismas respuestas emocionales que vivimos en su momento. 

 

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